Este pasado junio, apareció la noticia de la caída del singular “pino de Renales”.
Era algo que se veía venir, pero no por ello no deja de entristecernos su pérdida. Este pino se encontraba, y aún se encuentra allí su cuerpo caído, en el paraje conocido como Renales, un espacio ubicado en la franja de tierra que se extiende entre los humedales de Las Tablas y los Montes de Toledo. Renales es una de las zonas de manantiales más conocidas en el término de Villarrubia de los Ojos. Esta abundancia de buenas aguas, ha sido un imán para los hombres, hecho que se demuestra en los restos arqueológicos que aparecen en el paraje. Íberos y romanos estuvieron allí, e incluso en épocas más recientes, sirvió de asentamiento para las partidas carlistas que merodeaban por la zona, como así deja constancia una antigua placa conmemorativa, en una de sus antiguas casas.
Para los habitantes villarrubieros contemporáneos, Renales y concretamente su pino, han sido todo un símbolo. Justo al lado una de las carreteras principales que llevan al pueblo, el árbol era visible a kilómetros de distancia, en la amplia llanura manchega. Pero su fin era algo anunciado. El pino era el último ejemplar de la pareja que había hace algunas décadas. El otro pino también cayo y que precedió al actual en su caída. Pero aunque nos deje un cierto pesar su pérdida, asumimos con castellana resignación su desaparición y nos contentamos con evocarlo en nuestro recuerdo.
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